Las redes sociales son el canal principal de difusión de una corriente continua de datos, algunos falsos, sobre el drama que ya se cobró al menos 107 vidas y que dejó a Porto Alegre y ciudades aledañas en un estado de destrucción comparable al de una zona de guerra.
Tragedia en el sur de Brasil: las informaciones falsas ponen en jaque la ayuda y los rescates en las inundaciones
